Se
lamina un hilo de plata transformándolo en una cinta con un determinado
ancho y espesor según el grosor del eslabón a fabricar.
Con
esa cinta se procede a forrar una alambre de cobre utilizando una maquina
laminadora.
Se
enrolla la cinta en forma de espiral sobre un marril. El marril es una varilla
de acero o bronce de 1m x 4mm de espesor, esta medida varía según el grosor del
eslabón a fabricar.
Se
retira el marril quedando un espiral hueco, que luego se corta
longitudinalmente generando así eslabones abiertos.
Luego
se sueldan los eslabones entre si con diferentes combinaciones, siguiendo el
modelo de la cadena, como ser forcet, figaro, espiga, etc.
Posteriormente
se procede al proceso de trafilado o estirado, creando así los diferentes
modelos.
Se
sumerge la cadena en una solución de ácido nítrico y ácido muriático entre 10 a 15 minutos
aproximadamente, de esta manera el ácido corroe el alma de cobre y se produce
el vaciado.
Finalmente
se lo somete a un proceso de lavado.
Para
el armado se corta la cadena en el largo correspondiente y se sueldan las
punteras, blanqueando la cadena terminada en ácido sulfúrico.
En la
etapa final se pule la cadena para darle brillo y luego se procede al lavado.
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